Olas de calor en Canarias: frecuencia y tendencias

19/7/2012. Introducción. Desde hace algunos años vivo en el Este de la Isla de Gran Canaria, en sus medianías, un lugar sobre el que impactan de manera notable las olas de calor motivadas por aire procedente del Sáhara. Antes vivía en el noroeste de la Isla, protegido generalmente de este tipo de eventos meteorológicos. Fruto del cambio de residencia, ahora recibo de forma más cruda el efecto de las olas de calor, pero me pregunto si además habrá algún cambio en las condiciones meteorológicas que propicia que se den estos fenómenos con más frecuencia que años atrás.

Por tanto, el motivo de esta entrada del blog es explorar si existe un incremento en el número de olas de calor en Canarias o, por el contrario, simplemente todo es fruto de mi cambio de domicilio.

Datos

Desde hace un par de años, la AEMET pone a disposición pública los datos recogidos en las estaciones meteorológicas repartidas por toda la geografía española. Para esta entrada trabajo sobre los datos de la estación de Gando (C649I), localizada al Este de la isla de Gran Canaria, relativamente cerca de donde resido (Ver Figura 1).

Posición de Gando en Gran Canaria y posición de Gran Canaria en Canarias.
Figura 1. Localización de la estación meteorológica C649I al Este de Gran Canaria.

Los datos que ofrece la AEMET para esta estación cubren desde el año 1951 hasta el presente (no hay datos completos para los años 1959 y 1960), y son promedios diarios. Con estos datos disponemos de temperatura media, máxima y mínima diaria, en principio variables más que suficientes para el objetivo que nos proponemos.

Método

En primer lugar, debemos aplicar algún criterio para definir una ola de calor. Lo que me resulta más llamativo de una ola de calor es que la temperatura nocturna, momento en que suele producirse la temperatura mínima, permanece anormalmente alta, no refresca durante la noche. De esta manera, una primera variable a tener en cuenta a la hora de definir una ola de calor son los días de calor, definiendo éstos como aquellos días en los que la temperatura mínima diaria rebasa la temperatura media esperada para ese día. A partir de aquí, se define una ola de calor como aquel periodo con al menos dos días calurosos consecutivos. La temperatura mínima suele ser unos 3ºC inferior a la media diaria, con lo que el criterio propuesto establece que la temperatura mínima esté unos 3ºC por encima de lo normal. Por otro lado, la temperatura media esperada se calcula suavizando con una media móvil toda la serie de datos, empleando una ventana de suavizado con una amplitud de 100 días.

A modo de ejemplo sobre el comportamiento de este criterio, la Figura 2 muestra la distribución de las temperaturas máxima, media, mínima y media suavizada para el año 1978. Siguiendo el criterio anterior, a lo largo de 1978 se produjeron 6 olas de calor (la línea azul queda por encima de la negra durante al menos dos días consecutivos en seis ocasiones).

Distribución de temperaturas medias, máxima y mínima diaria para el año 1978 en la estación meteorológica de Gando.
Figura 2. Distribución de temperaturas medias, máxima y mínima diaria para el año 1978 en la estación meteorológica de Gando.

Todos los cálculos y gráficas han sido realizados con Matlab 7.14 (R2012a).

Resultados

Una vez aplicamos ese criterio a toda la serie de datos desde el año 1951 hasta 2011 (no incluímos 2012 porque está a medias) tenemos el resultado que aparece en la Figura 3. Ahí se recoge, por un lado, el número de días de calor por años (color verde), mientras que el número de olas de calor por años aparece en rojo. A primera vista, no se aprecia ningún tipo de tendencia ni al alza ni a la baja tanto en el número de días de calor como en el número de olas de calor cada año. Para dar un cierto contenido analítico a esta primera impresión evaluamos la tendencia en esos datos y tenemos las rectas en negro discontinuo obtenidas con un ajuste por mínimos cuadrados; esas rectas dejan claro que los días de calor no presentan tendencia alguna y en el caso del número de olas de calor es una tendencia al alza muy muy ligera.

Número de días de calor y número de olas de calor entre los años 1951 y 2011 al Este de Gran Canaria.
Figura 3. Número de días de calor y número de olas de calor entre los años 1951 y 2011 al Este de Gran Canaria.

Conclusión

La distribución de días de calor y la de olas de calor parece permanecer constante con el paso del tiempo. A la vista de este ejercicio exploratorio, debo reconocer que mi precepción de incremento del número de olas de calor es errónea y se debe probablemente al cambio de domicilio :).

P.D.: Es posible que este ejercicio se pudiera interpretar como un negacionismo del cambio climático o pudiera ser usado en ese sentido. Como mi intención no tiene nada que ver con eso, aquí va una última gráfica. La Figura 4 muestra la tendencia de las temperaturas media, máxima y mínima anual desde 1951 a 2011. Se han estimado las tendencias para cada una de esas rectas y son las que aparecen sobreimpresionadas. Mirando esos números, vemos que las tres temperaturas aumentan alrededor de 0,03ºC por año, lo que equivale a decir que la temperatura atmosférica en Canarias aumenta alrededor de 1ºC cada 33 años aproximadamente. En otras palabras: no hay más olas de calor, pero la temperatura media que soportamos es cada vez mayor.

Distribución de temperaturas medias, máximas y mínimas anuales entre 1951 y 2011 al Este de Gran Canaria.
Figura 4. Distribución de temperaturas medias, máximas y mínimas anuales entre 1951 y 2011 al Este de Gran Canaria.

P.D.: El análisis ofrece resultados muy similares para el resto de estaciones que la AEMET tiene en Canarias.

Francisco Machín.